Respirar el exterior

Y se asoman a las ventanas para “respirar” el exterior, seguro todos curiosean lo que fuera de la intimidad de sus cuatro paredes sucede, mirando a cada uno que pasa, oteando a su alrededor para comprobar la diferencia en el equilibrio respecto al día anterior.

Tal vez cotilleando respecto a la vestimenta de uno y otro vecino, o incluso, tratando de adivinar cada una de las conversaciones que “allí” afuera se cruzan frente a su ventana para erigirse en jueces del puzzle infinito que se asoma frente a sus ojos: personas y vidas, colores y vestimentas, ruidos y voces.

Y me fijo en las líneas de las ventanas y las fachadas pero, también en los rostros y poses adoptados en su forma de asomarse. Unos valientes y con decisión, otros con exquisita timidez apenas dejan entrever su presencia, otros apoyando sus codos marcando el límite de la posesión y propiedad de su intimidad.

Y mientras, seguro creen estar asomándose a las vidas ajenas presenciadas desde sus ventanas; ajenos a que con mi cámara y mis disparos, devuelvo cual boomerang la curiosidad demostrada por esos personajes apoyados en los alféizares de sus ventanas, para adentrarme en esas vidas, observando desde la distancia, penetrando en su propia intimidad.

JFFH