David Santamaría
Camino Velado
Esa línea que lo cambia todo
– O Camino velado –
Por: Laura González
La luz que se cuela —inesperada, inevitable — vela el rollo. Quema con su relámpago las postales de un viaje. Ese es uno de los comienzos de esta historia. Otro comienzo posible es el camino, la decisión de andar y detenerse ante las imágenes del asombro para intentar preservarlas, para guardarlas en un soporte algo más firme que esta memoria nuestra tan llena de omisiones y vacíos, tan irregular y porosa, tan esquiva y sin embargo tan presente en sus huellas, cicatrices y legados que llamamos recuerdos. Otro comienzo posible es la recuperación de la memoria – del rollo en si-. Herramientas que se adquieren con el tiempo para ver lo que no tendría por qué verse de nuevo. Herramientas que permiten, contra todos los pronósticos del ayer, que lo perdido reaparezca, para tender un puente o reavivarlo con algo de nostalgia pero sobre todo con un valor mayor al de su origen y que marca un nuevo itinerario, una forma de mirar, una intención renovada sobre el camino recorrido y el que se abre paso.
Esa línea que parece romper, es quizá la que con más hondura une la fuerza creadora de la imagen. Al final todas las historias arrancan siempre en muchas partes, se entretejen con muchos nudos y hacen siempre esquivo el desenlace con la infinita complejidad y belleza de la imperfección. Esa línea que lo cambia todo – o lejos de ser un camino velado -, da cuenta de una historia sobre la memoria y sus baches, la imperfección de los recuerdos y, al fin de cuentas, la radical belleza de lo que ha sido y se renueva para permanecer en nosotros.
Como los recuerdos, estas fotografías aparecen agrietadas por la luz. Como las fotografías, también nuestra memoria tiene grietas que podríamos leer como heridas, como cicatrices; que son nuestras, profundamente nuestras y que nos constituyen, nos habitan, nos determinan y que, cuando las ves de nuevo, abren, como rayos de luz, la claridad de que toda cicatriz es a la vez un surco para sembrar nuevas versiones y caminos. Grieta cicatriz y surco. La imperfección hecha belleza.
Eso es esta exposición, eso son estas fotografías, eso es esta historia. Puente, tobogán, infinitud. Camino velado – o esa línea que lo cambia todo - siempre fue una búsqueda, una reflexión sobre el acto del recuerdo y el olvido, una interpretación de los eventos, una nueva significación y, finalmente, un bello accidente. Aquí está el resultado, una invitación a viajar y recorrer esos caminos que, aunque se bifurcan, no se agotan. A lo mejor resulta que este es el comienzo de esta historia.
– O Camino velado –
Por: Laura González
La luz que se cuela —inesperada, inevitable — vela el rollo. Quema con su relámpago las postales de un viaje. Ese es uno de los comienzos de esta historia. Otro comienzo posible es el camino, la decisión de andar y detenerse ante las imágenes del asombro para intentar preservarlas, para guardarlas en un soporte algo más firme que esta memoria nuestra tan llena de omisiones y vacíos, tan irregular y porosa, tan esquiva y sin embargo tan presente en sus huellas, cicatrices y legados que llamamos recuerdos. Otro comienzo posible es la recuperación de la memoria – del rollo en si-. Herramientas que se adquieren con el tiempo para ver lo que no tendría por qué verse de nuevo. Herramientas que permiten, contra todos los pronósticos del ayer, que lo perdido reaparezca, para tender un puente o reavivarlo con algo de nostalgia pero sobre todo con un valor mayor al de su origen y que marca un nuevo itinerario, una forma de mirar, una intención renovada sobre el camino recorrido y el que se abre paso.
Esa línea que parece romper, es quizá la que con más hondura une la fuerza creadora de la imagen. Al final todas las historias arrancan siempre en muchas partes, se entretejen con muchos nudos y hacen siempre esquivo el desenlace con la infinita complejidad y belleza de la imperfección. Esa línea que lo cambia todo – o lejos de ser un camino velado -, da cuenta de una historia sobre la memoria y sus baches, la imperfección de los recuerdos y, al fin de cuentas, la radical belleza de lo que ha sido y se renueva para permanecer en nosotros.
Como los recuerdos, estas fotografías aparecen agrietadas por la luz. Como las fotografías, también nuestra memoria tiene grietas que podríamos leer como heridas, como cicatrices; que son nuestras, profundamente nuestras y que nos constituyen, nos habitan, nos determinan y que, cuando las ves de nuevo, abren, como rayos de luz, la claridad de que toda cicatriz es a la vez un surco para sembrar nuevas versiones y caminos. Grieta cicatriz y surco. La imperfección hecha belleza.
Eso es esta exposición, eso son estas fotografías, eso es esta historia. Puente, tobogán, infinitud. Camino velado – o esa línea que lo cambia todo - siempre fue una búsqueda, una reflexión sobre el acto del recuerdo y el olvido, una interpretación de los eventos, una nueva significación y, finalmente, un bello accidente. Aquí está el resultado, una invitación a viajar y recorrer esos caminos que, aunque se bifurcan, no se agotan. A lo mejor resulta que este es el comienzo de esta historia.
Camino velado 01
Camino velado 02
Camino velado 03
Camino velado 04
Camino velado 05
Camino velado 06
Camino velado 07
Camino velado 08
Camino velado 09
Camino velado 12
Camino velado 13
Camino velado 14
Camino velado 15
Camino velado 16
David Santamaría
Nació en Medellín, Colombia, en 1975. Afincado desde hace más de 20 años en Madrid. Licenciado en Publicidad por la Universidad Pontificia Bolivariana. Se ha desempeñado como postproductor y compositor para vídeo y cine y, actualmente, trabaja como Design Manager y responsable de UX/UI. Fundador de pixtorm.com y cofundador de 2dcolectivo. Es creador audiovisual transmedia y, en su obra, combina la investigación fotográfica, la realidad aumentada, la obra gráfica, el audio-vídeo y la creación impresa tradicional. Constante buscador de música y coleccionista de vinilos. Se ha especializado en la música del Caribe y ha participado en festivales, clubes y eventos; también ha publicado artículos, ilustrado portadas y creado cartelería sobre este tema. Habitual colaborador de La Parcería.
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A cerca de Laura González
Laura González P. Periodista colombiana. Experta en incidencia, comunicación y transformaciones culturales. Participa de iniciativas públicas y privadas para promover cambios culturales. Colabora con distintos gobiernos municipales y nacionales y con organizaciones privadas y sociales en iniciativas de confianza ciudadana, cooperación y construcción de paz.