Abdiel Segarra
sobre lo no visto
28/02/2019, Feria ARCO 2019, Madrid, España
En torno a la humildad o soberbia de los objetos
Por: Ángel Rafael Vázquez-Concepción
“La soberbia no es grandeza sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande pero no está sano.” ––San Agustín
“La humildad es paciencia atenta.”
––Simone Weil
La forma en que los objetos se anuncian e interactúan con nosotros se puede relacionar con la forma en cómo la gente se manifiesta. Cada objeto se puede decir posee una “personalidad”. Existen muchas corrientes espirituales que expresan este sentido. De igual forma, todo objeto diseñado por un ser humano puede ser ubicado en un continuo. A un extremo de este espectro podemos ubicar las cualidades de soberbia e individualismo, y en el otro la humildad y el sentir comunitario. Estos dos polos también se pueden utilizar generalmente para poder juzgar distintos acercamientos a la solución de problemas.
Un ejemplo de un objeto soberbio lo puede ser una silla Luis XVI, con sus tapices, y detalles tallados en bronce dorado. Esa silla representa mucho más que un objeto utilitario, se manifiesta como mucho más que un lugar donde aparcar el cansancio. No es fácil de manejar ni mover, no se presta para existir más allá de los sobres arquitectónicos específicos para la que fue destinada originalmente. Como alude la cita de San Agustín, es un objeto cuya función está “hinchada” de arrogancias de imperio, coloniaje, y las crueldades de la explotación y el abuso. A pesar de ello, no podemos negar que estos objetos son estéticamente bellos, sus superficies son suntuosas, atractivas, seductoras. Donde quiera que se encuentre va a ser altanera, va a anunciar su privilegio. En fin, son objetos soberbios.
En el otro extremo podemos encontrar las sillas o taburetes que se utilizan en los espacios de arte contemporáneo. Este taburete se anuncia y manifiesta de manera muy distinta. Su aspecto es mucho más atenuado. Esa silla no es arrogante cómo lo es la silla Luis XVI, que es un objeto mimado e impertinente. Estos objetos se apocan ante el espectador o usuario, su virtud emana de su simpleza útil exclusivamente. Están hechos de materiales más igualitarios, y se prestan para agruparse y transportarse de manera sencilla y efectiva.
Vale aclarar que los objetos en el dominio del cubo blanco son (o deben ser) fríamente calculados. En esta cámara de privación sensorial, de realidad virtual, no se permiten las anomalías, cómo el uso no intencionado o accidental de una silla Luis XVI por un asistente de galería. Eso sería un anacronismo imperdonable, fuera de tiempo y secuencia. Esta silla tampoco se presta para los flujos y movimientos que se esperan del mobiliario en este contexto cambiante.
Los objetos utilitarios en el cubo blanco, cómo los extinguidores, barandas, paneles eléctricos, sensores de humedad, indumentaria de limpieza, y/o receptáculos eléctricos o de basura son humildes totalmente, se humillan ante todos los demás objetos en la puesta en escena, para destacarse por su intención de servir exclusivamente. Se esconden en lugares más oscuros, más cerca al suelo o al techo, en fin, a los márgenes del escenario, para dejar el centro libre para el arte y el público que se concentra contiguo a ellos. Se mantienen atentos y pacientes, cómo describe Weil, iluminados por la luz que brota de su humildad.
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13/04/2019, Museu d'Art Contemporani de Barcelona, Catalunya
Por: Ángel Rafael Vázquez-Concepción
“La soberbia no es grandeza sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande pero no está sano.” ––San Agustín
“La humildad es paciencia atenta.”
––Simone Weil
La forma en que los objetos se anuncian e interactúan con nosotros se puede relacionar con la forma en cómo la gente se manifiesta. Cada objeto se puede decir posee una “personalidad”. Existen muchas corrientes espirituales que expresan este sentido. De igual forma, todo objeto diseñado por un ser humano puede ser ubicado en un continuo. A un extremo de este espectro podemos ubicar las cualidades de soberbia e individualismo, y en el otro la humildad y el sentir comunitario. Estos dos polos también se pueden utilizar generalmente para poder juzgar distintos acercamientos a la solución de problemas.
Un ejemplo de un objeto soberbio lo puede ser una silla Luis XVI, con sus tapices, y detalles tallados en bronce dorado. Esa silla representa mucho más que un objeto utilitario, se manifiesta como mucho más que un lugar donde aparcar el cansancio. No es fácil de manejar ni mover, no se presta para existir más allá de los sobres arquitectónicos específicos para la que fue destinada originalmente. Como alude la cita de San Agustín, es un objeto cuya función está “hinchada” de arrogancias de imperio, coloniaje, y las crueldades de la explotación y el abuso. A pesar de ello, no podemos negar que estos objetos son estéticamente bellos, sus superficies son suntuosas, atractivas, seductoras. Donde quiera que se encuentre va a ser altanera, va a anunciar su privilegio. En fin, son objetos soberbios.
En el otro extremo podemos encontrar las sillas o taburetes que se utilizan en los espacios de arte contemporáneo. Este taburete se anuncia y manifiesta de manera muy distinta. Su aspecto es mucho más atenuado. Esa silla no es arrogante cómo lo es la silla Luis XVI, que es un objeto mimado e impertinente. Estos objetos se apocan ante el espectador o usuario, su virtud emana de su simpleza útil exclusivamente. Están hechos de materiales más igualitarios, y se prestan para agruparse y transportarse de manera sencilla y efectiva.
Vale aclarar que los objetos en el dominio del cubo blanco son (o deben ser) fríamente calculados. En esta cámara de privación sensorial, de realidad virtual, no se permiten las anomalías, cómo el uso no intencionado o accidental de una silla Luis XVI por un asistente de galería. Eso sería un anacronismo imperdonable, fuera de tiempo y secuencia. Esta silla tampoco se presta para los flujos y movimientos que se esperan del mobiliario en este contexto cambiante.
Los objetos utilitarios en el cubo blanco, cómo los extinguidores, barandas, paneles eléctricos, sensores de humedad, indumentaria de limpieza, y/o receptáculos eléctricos o de basura son humildes totalmente, se humillan ante todos los demás objetos en la puesta en escena, para destacarse por su intención de servir exclusivamente. Se esconden en lugares más oscuros, más cerca al suelo o al techo, en fin, a los márgenes del escenario, para dejar el centro libre para el arte y el público que se concentra contiguo a ellos. Se mantienen atentos y pacientes, cómo describe Weil, iluminados por la luz que brota de su humildad.
25/02/2018, Feria ARCO 2018, Madrid, España
13/04/2019, Museu d'Art Contemporani de Barcelona, Catalunya
25/02/2018, Feria ARCO 2018, Madrid, España
18/03/2022, MoMA PS1, New York, United States
13/03/2022, Philadelphia Museum of Art, Philadelphia, United States
18/03/2022, MoMA PS1, New York, United States
11/08/2022, 東京国立近代美術館, (Tokyo National Museum of Modern Art), Tokyo, Japan
13/04/2019, Museu d'Art Contemporani de Barcelona, Catalunya
13/04/2019, Museu d'Art Contemporani de Barcelona, Catalunya
12/03/2019, WILES Centre d'Art Contemporain, Bruxelles, Belgique
04/08/2021, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid, EspañaAbdiel D. Segarra Ríos
Nace en Santurce, Puerto Rico en 1984. Artista visual, gestor cultural y curador independiente. Posee una Licenciatura en Bellas Artes de la Escuela de Artes Plásticas y Diseño de Puerto Rico (2008), una Maestría en Gestión y Administración Cultural de la Universidad de Puerto Rico (2013) y un Máster en Historia del Arte Contemporáneo y Cultura Visual de la Universidad Autónoma de Madrid (2018). Actualmente vive y trabaja en Madrid dónde cursa estudios doctorales en la Universidad Autónoma mientras colabora con organizaciones culturales e iniciativas migrantes en la ciudad.
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A cerca de Ángel Rafael “Ralph” Vázquez-Concepción
Nace en Puerto Rico en 1981. Artista visual y educador residente en San Francisco, California. Su trabajo multimedia oscila entre las prácticas conceptuales y pedagógicas, la pintura abstracta y el diseño de exposiciones.
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